ENTREVISTA A JUAN LUIS CEBRIÁN, DIRECTOR DE EL PAÍS
[Murcia, invierno de 1982]
Hacía muy poco tiempo desde que el bigotudo teniente coronel Tejero había protagonizado su asonada en el Parlamento. Para todos los que soñábamos con ser periodistas, Juan Luis Cebrián (Madrid, 1944), entonces director del prestigioso diario El País, -puesto al que había accedido en 1976 con escasos 32 años de edad- era nuestro espejo. Joven, brillante, suficientemente preparado, constituía todo un referente para los novatos que queríamos llegar a ser algo en la profesión.
Una tarde se llegó hasta Murcia para conferenciar sobre, entre otras cosas, la cuestión de siempre: la libertad de expresión. Fue en la Casa de la Cultura del Paseo de Alfonso X El Sabio. Estuvo a la altura de lo que de él se esperaba ante el nutrido auditorio, fundamentalmente gente de la izquierda que se aprestaba a llegar al poder sólo unos meses después. Antes de que iniciara su intervención le entrevisté sobre el escenario desde el que se dirigiría a los presentes. Llevaba un loden azul marino y su barba estaba algo más descuidada de la que luce en su alcanzada madurez. Yo estaba muy nervioso, lo confieso. Cebrián estuvo muy amable con aquel proyecto de periodista que era su entrevistador radiofónico, y me respondió solícito.
-Juan Luis Cebrián, ¿hay o no hay libertad de expresión en España (1981)?
-Yo diría que sí, en general. Sin embargo hay preocupantes signos de involución todavía y prueba de ello fue el intento de golpe de Estado del pasado 23 de febrero, un acto execrable se mire por dónde se mire.
-Sin embargo, esa acción ha contribuido a que los españoles y los medios informativos se afiancen más en su defensa de la democracia…
-Sí, sin duda. No había más que ver las manifestaciones posteriores al 23-F en todas las capitales del país. La gente está ávida de libertad. Nosotros al día siguiente del golpe llegamos a vender 591.000 ejemplares, una cifra récord, lo que demuestra que las cosas están cambiando en este país.
-La difusión media de su periódico se aproxima a los 150.000 ejemplares. ¿A qué se debe el éxito de El País?
-Desde el primer momento nosotros apostamos claramente por la democracia y el progresismo y eso caló hondo en la sociedad española. Somos un periódico moderno, que pretende acercarnos a la Europa a la que, más temprano que tarde, debemos incorporarnos plenamente.
-¿Son sinónimos éxito y calidad?
-Bueno, a veces es difícil compatibilizar esos dos conceptos en periodismo. Sí puedo decir en nuestro caso que los académicos estadounidenses John C. Merril, de la Universidad de Maryland, y Harold Fisher, de la Bowing Green, de Ohio, han calificado a El País entre los 50 mejores periódicos del mundo, junto con el ABC y La Vanguardia de Barcelona.
-Precisamente tienen intención de lanzar una edición específica en Barcelona. ¿Seguirán por ese camino en otras capitales?
-Es nuestra intención, sí, siempre que las condiciones técnicas lo permitan. En este caso utilizaremos un sistema de telefacsímil mediante láser, lo que permitirá editar el total de páginas en Barcelona y Madrid de forma simultánea.
-¿Cree que los socialistas ganarán las próximas elecciones generales?
-Es muy posible. La situación del país necesita un cambio tras los intensos acontecimientos vividos en los últimos meses. El partido del Gobierno (UCD) tiene importantes fisuras mientras el PSOE presenta una imagen de progreso y de firme voluntad de que la democracia profundice y se asiente. En cualquier caso, los españoles tendrán la última palabra.
-¿Y la entrada en la OTAN…?
-Existe una oposición radical del PSOE a la entrada de España en la OTAN, cuando el Congreso de los Diputados autoriza (29 de octubre de 1981) la tramitación de la adhesión al Tratado del Atlántico Norte. Se habla de «OTAN, de entrada no», en la propaganda de pancartas y pintadas. La promesa del PSOE es sacar a España de la OTAN mediante un referéndum.
El 11 de marzo de 1982, las ediciones de El País comenzaron a elaborarse íntegramente con sistema de vídeo-terminales y fotocomponedoras ultrarrápidas, lo que le convirtió en el primer diario español que desterraba el papel y las máquinas de escribir de las redacciones. Es indudable que El País trajo consigo nuevos vientos al periodismo español.
En octubre de 1982 el PSOE ganó las elecciones con mayoría absoluta; Felipe González se convirtió en presidente del Gobierno y al periódico que dirigía Cebrián se le bautizó, desde algunos sectores que no simpatizaban con la causa, como el diario gubernamental.