Victoria comulga con vino

EL PAÍS. Viernes, 30 de junio de 2006

Victoria comulga con vino  

Un cura de Jaén rechaza que una niña celiaca reciba obleas sin gluten

GINÉS DONAIRE  –  Jaén  

Durante años, Victoria, una niña jienense de nueve años, se estuvo preparando para su primera comunión, una fiesta que compartió con familiares y amigos el pasado 6 de mayo. Pero la ilusión de ella y de sus padres se vio ensombrecida porque no fue una comunión como la del resto de niños. Desde los cinco años Victoria está diagnosticada como celiaca, una enfermedad que se manifiesta con una intolerancia al gluten, proteína presente en el trigo, la cebada, el centeno y la avena, y que puede provocar trastornos graves en la mucosa del intestino delgado. Conscientes de esa patología, los padres se dirigieron al párroco semanas antes de la primera comunión para informarle y pedirle que sustituyera la oblea tradicional de trigo por otra especial para celiacos, elaborada con agua, fécula de patata y emulsionante E322. La respuesta del cura de la iglesia de Cristo Rey no pudo ser más tajante: Victoria no sólo no podía sustituir la hostia de trigo, sino que la única forma para tomar la comunión era bebiendo vino de un cáliz.

Estupefactos, los padres de Victoria accedieron a la exigencia del párroco, más que nada para no quebrar el entusiasmo con que su hija se había preparado. Sin embargo, ésta no hacía más que preguntarse (y aún sigue haciéndolo) por qué ella no podía recibir una hostia sagrada, igual que sus compañeros, y sí en cambio señalarse ante toda la iglesia teniendo que beber el vino del cáliz (ni siquiera se acepta el mosto). Ahora, cuando van a misa tienen que avisar con tiempo al párroco para que prepare el cáliz para comulgar. «Es una injusticia que clama al cielo y una manera de discriminar aún más a una niña que no creo que vaya a pecar por tener una enfermedad. ¿Es que Jesucristo hubiera puesto algún inconveniente?», exclama, indignada, Nuria, la madre, que sostiene que «este tipo de trabas no hacen más que alejar a la gente de la Iglesia».

El párroco de Cristo Rey, que es también profesor de liturgia del seminario y prefecto de la catedral de Jaén, niega que haya discriminación. «El Derecho Canónico deja claro que el pan debe ser exclusivamente de trigo porque es un signo que nos une con la Última Cena de Cristo, pero la comunión del cáliz con el vino consagrado es igualmente íntegra y válida. Sustituir la hostia sagrada por otra de maíz sería igual que bautizar a alguien con aceite o aceptar el sacramento del matrimonio entre dos hombres», indica el sacerdote Juan García, para quien este tipo de polémica «sólo busca desacreditar a la Iglesia». Su opinión no sólo la rebaten los padres de Victoria, sino que incluso teólogos como Juan José Tamayo o Casiano Floristán censuraron en su día la «rigidez» de la norma e indicaron que el pan de trigo «es un símbolo que tiene su significado en su contexto». Pusieron como ejemplo los países centroamericanos, donde la escasez de trigo obliga a comulgar con hostias de maíz.

En 1995, el cardenal Ratzinger (actual Papa) prohibió la consagración con obleas de maíz u otro producto ajeno al trigo. En 2003, la Conferencia Episcopal Española quiso ser «sensible» a la situación de los celiacos y promulgó una nota reconociendo la enfermedad e instando a los curas a poner a disposición de los fieles afectados que lo demanden un segundo cáliz para tomar la comunión, considerando que así habría «capacidad de adaptación» a los tiempos.

La Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE) elogió entonces la «sensibilidad positiva» de la jerarquía católica. Pero muchos celiacos protestaron y no se sintieron representados. 

Maya Plisétskaya: la rosa que nunca se mustió

 

En febrero de 1988 acudió a Murcia para reinaugurar el Teatro Romea. Fue una tarde memorable, presidida por la Reina Sofía y con Camilo José Cela entre el público. Estaba al frente del Ballet del Teatro Lírico Nacional. La diva bailó sobre el escenario como sólo ella podía hacerlo; contaba ya con 63 años de edad. Pero se deslizaba junto al cuerpo de baile y costaba distinguirla de entre las jóvenes. ¡Quién lo dijera!

La bailarina y coreógrafa Maya Plisétskaya, Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2005, cuenta su vida y su carrera en una autobiografía que acaba de ver la luz en castellano. Recientemente asistió en Madrid a la presentación del libro, en la Sociedad General de Autores y Editores, y dejó constancia de su amor por España nacido en su más tierna infancia.

Vio la luz en 1925, en un momento de revolución en el que lo principal era sobrevivir y buscar un poco de libertad; la muerte de su padre, ejecutado por orden de Stalin en 1937, la deportación de su madre con su hermano al gulag y el hecho de ser considerada “hija de un enemigo del pueblo” forman parte de estas vivencias plasmadas por la artista, quien gracias a sus tíos comenzó su carrera como bailarina en el mítico Bolshoi.
‘El Quijote’, ‘El Lago de los cines’ o ‘La muerte del cisne’ constituyeron su tarjeta de presentación ante el mundo que la quiso ver y admirar. La censura política y artística que impidieron a Maya Plisétskaya viajar fuera de su país, le hicieron pensar hasta en el suicidio en numerosas ocasiones, tal y como ella misma nos confiesa a lo largo del mencionado libro.
El New York Times la definió como “la Callas del ballet” en su primera visita a la ciudad de los rascacielos.
Hoy, Maya Plisétskaya tiene 81 años.

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“El primer disco que oí en mi vida fue “Carmen”. Yo tenía 7 años y aún no bailaba. A los 10, en la escuela coreográfica me entusiasmaba ‘La jota española’ y la bailaba con placer. Luego, en el teatro he bailado ‘Don Quijote’ o ‘Fuenteovejuna’, ballets clásicos sobre tema español, y mi esposo me escribió ‘Imitación de Albéniz’ y ‘Carmen suite’ en donde se hacía realidad este sueño que me persiguió desde siempre”, nos contaba.

A veces la vida te trata a golpes pero, aseguraba, “lamentarse no sirve de nada”; señalaba que todo lo que ha hecho ha sido superando “mucha resistencia” y por eso está ahora donde está.

Con astuta sabiduría y sobre las claves de su longevidad profesional, la Plisétskaya expone el siguiente ejemplo: “Es como los cientos de rosas que me regalan, las cuido y les cambio el agua diariamente, pero al final todas acaban mustias, menos una. Pues eso mismo ocurre con las personas”.

-¿Qué supone Carmen para usted, que está considerada una primerísima bailarina allá donde actúa?

“Carmen me gusta especialmente por su carácter. Por lo que creo que tiene de española y, ya le digo, es que España siempre me ha atraído. No sé, el individualismo, el aventurismo, lo diferente que es de los demás… Todo eso es lo que me gusta de ella. Yo siempre he querido ser distinta y, en cambio las gentes, creo yo, tienden siempre a ser iguales. Sí, es verdad, en unos sitios mucho más que en otros. Por eso me gusta España”. Llevaba muchos años pensando en Carmen cuando encontré a un coreógrafo, un poco por casualidad, que me ayudó a crear exactamente el tipo que yo buscaba. Todo el mundo en Moscú esperaba ver otra cosa. Una Carmen clásica, a los modos y maneras habituales del Bolshoi. Mi Carmen no gustó a nadie; es más, hasta fue prohibida cierto tiempo. Yo insistía y hasta pensé en retirarme de la escena si no salía vencedora. Era el año 67, y entonces yo comprendo que fue como una bomba. Como una profanación. Al cabo del año conseguí estrenarla. Y al público le gustó más que a la ministra de Cultura, que la rechazaba y le hacía decir «a dónde vamos a llegar». Me costó, pero vencí. Carmen es uno de los mejores espectáculos de la Unión Soviética. Con la misma coreografía se representó en diez teatros de la URSS”. 

-¿Qué sensación tuvo cuando la representó por vez primera en España?

“Un miedo espantoso. Me temblaban las piernas y las manos. Es la primera vez que he sentido ese miedo tan grande. Era ponerme realmente frente al toro, frente a unas gentes que son las únicas que luchan con el toro”. 

Maya Plisetskaya comenzó a bailar a los ocho años; asistía a una escuela especial de ballet en Moscú.

“La obligación nunca me ha gustado. Por eso me atrae Carmen. Y haciendo sólo lo que más me ha divertido he ido haciendo mi carrera. De todos modos la constancia es fundamental y hay que entrar a clase todos los días. Una hora diaria. Pero no me gusta”. 

Pieza fundamental en sus vivencias es su marido, el pianista Rodión Shchedrín, quien compuso para ella hasta cinco ballets.

“También él, desde muy joven, soñaba con venir a España, pero, ya ve, no ha sido posible que me acompañara. Pero vendrá, vendrá pronto. Seguro. Hijos, no, no tengo. En esta profesión hay que elegir: o hijos o ballet. No es posible compaginar. Y yo he elegido el ballet. Sé, además, que con mis bailes ofrezco algo a la Humanidad. Muy poco, posiblemente, pero algo. Y pese a que trabajo menos que los demás, pese a que mi sacrificio es menor que el de otros bailarines y bailarinas, el único lugar donde me encuentro a gusto es en un escenario”. 

-¿Usted ha hecho alguna incursión en cine, ha rodado alguna película?

“La experiencia me ha entusiasmado. Me encanta el trabajo de actriz. Mi madre fue una buena actriz dramática. Y algo he heredado de ella”. 

-¿Qué contrastes percibe entre la España que ha conocido y su tierra? 

“Quizá lo que más me ha sorprendido de aquí es la alegría de sus gentes, ver cómo disfrutan en los restaurantes con la comida y la bebida; notarlos aparentemente tan felices; el culto a la belleza y a la fuerza que aquí se intuye. Es curioso la vida tan agitada que llevamos en todos los países. Lo deprisa que vivimos… Yo en Moscú hago una vida muy independiente, muy a mi aire, a lo mejor no como es debido. No, el único privilegio que yo tengo en mi país es que soy querida y admirada por casi todos los ciudadanos, que me paran y me besan por las calles”.

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Ya había llegado Gorbachov con su perestroika… Y meses después caería el muro de Berlín. Maya nos había hecho un gesto cómplice barruntando lo que podría cambiar el mundo…

Gracias mil, recuerdo ahora, a quien nos ayudó en la charla con su valiosa traducción. 

Una apasionante velada con Somaly Mam

 

Una noche de hace seis o siete años nos reunimos a cenar en el otrora prestigiado Rincón de Pepe, en Murcia, un grupo de periodistas con la premio Príncipe de Asturias de Cooperación en 1998, Somaly Mam. Se trataba de un apasionante personaje que de niña fue vendida como esclava en varias ocasiones y obligada a ejercer la prostitución para salir de la pobreza. Finalmente pudo escapar de sus dueños y comenzó a trabajar ayudando a las mujeres. Tras permanecer dos años en Francia, regresó a su país en 1995, donde vive y dirige, pese a estar amenazada de muerte, la asociación AFESIP, que desde 1996 ayuda a las mujeres y niñas víctimas de la explotación sexual en Camboya y otros países asiáticos. Vino acompañada por su marido. Somaly sólo hablaba inglés, pero resultó una velada agradable, próxima y cercana, sin duda por los buenos oficios de la traductora que hizo las veces en esa ocasión. Éste es un extracto de las más de tres horas de charla.

-¿Cuáles son los principales contrastes que ha encontrado en Occidente respecto al mundo del que usted procede? 

Si hace algún tiempo me parecía algo normal que los niños y las mujeres fueran esclavos y que los padres lo decidieran todo por ellos (casarse con tan sólo 13 ó 14 años, permanecer incomunicados y un sinfín de vejaciones y de violaciones de los derechos fundamentales de toda persona), la verdad es que, desde que conozco Europa, desde que conozco a mi marido, que me ha explicado y que me ha dado la libertad, ahora veo que eso no es en absoluto lo normal. Que, por ejemplo, no es lógico que niñas de 10 ó 12 años sean explotadas sexualmente en un burdel contra su voluntad (porque, evidentemente, ésta no es la misma prostitución que la de una mujer que lo hace por propia voluntad) y que deban recibir 15 clientes al día puesto que, de lo contrario, son torturadas con descargas eléctricas, golpeadas o se les deja sin comida. Y esto sucede en Camboya, pero también en Tailandia, Laos o Vietnam; es decir, prácticamente en toda la zona asiática.

-¿Cómo describiría el drama que se vive en su país, inmerso en el mundo de la prostitución y con chicas de muy corta edad?

Para que se hagan una idea de la situación, cuando una niña de 8 años fue violada por una decena de personas y acudió la policía a buscarla, como ella era muy pequeña, la llevaron a los padres, pero éstos dijeron que no querían que la devolviesen a su casa porque llevaba consigo mala suerte. Es decir, que encima de ser violadas, estas mujeres sufren la insolidaridad de los suyos porque son consideradas, insisto, una auténtica desgracia. Y para paliar este cruel rechazo, para que toda esa gente que todo el mundo culpa y de la que nadie quiere hacerse cargo tuviera, en definitiva, un lugar al que acudir, nació AFESIP (Ayuda a Mujeres en Situaciones Desfavorecidas). Este centro se creó, entonces, para apoyarles, para ayudarles a salir de esa situación, de los burdeles, y sobre todo para decirles que lo que ocurre no es culpa suya, sino de la sociedad. Yo misma he tenido una vida muy dura, y aunque no se la voy a contar aquí porque estoy harta de hablar sobre ella y además me cuesta mucho hacerlo en público, les puedo asegurar que yo tampoco he tenido formación; por eso soy un buen ejemplo que pueden escuchar y del que pueden aprender, que puede transmitirles mi lucha, el problema que he vivido cada día..

-¿Desde su experiencia, de qué forma y manera se puede ayudar a estas pequeñas?

AFESIP es una asociación no gubernamental, sin ánimo religioso ni político, y ayudamos a las niñas de cualquier raza. Estamos básicamente para luchar contra la explotación sexual de las niñas y de las mujeres, y para ello, contamos con grupos sociales de trabajo que acuden a los burdeles y comprueban que no haya menores, porque cuando una niña cae en la prostitución, le es muy difícil salir de ella psicológicamente hablando. Es más, yo diría que es prácticamente imposible por eso que les comentaba hace unos instantes de que es inmediatamente rechazada por la sociedad de Camboya puesto que, si ya no es virgen, no sirve para nada. O sea, que la prostitución es lo peor que le puede pasar a una chica. Por eso tenemos, como decía, personas encargadas de ir todas las mañanas a esos burdeles y de hablar con las chicas para defenderlas de los clientes borrachos y violentos, así como para informarles sobre problemas como el sida (sin duda, la enfermedad más extendida en Camboya, puesto que en burdeles como el de Phnom Phenn hay un 80% de niñas que la padecen) y, a su vez, transmitir la información recogida a los investigadores, aunque algunos de estos últimos también vayan a esos burdeles para disponer de datos de primera mano.

-¿Qué papel desempeñan las autoridades de su país en todo este entramado?

Lógicamente, también colaboramos con la policía, pero como nuestro país está completamente corrupto, es muy difícil encontrar a policías que nos ayuden, aunque no perdemos la esperanza. De hecho, estamos ahí para obligarles a que entiendan que esto es un problema y que debemos resolverlo, pues de ninguna manera se puede permitir la explotación infantil. Así que, después de todo este proceso, intentamos rescatar a las niñas y les ofrecemos asesoría jurídica para que denuncien sus casos, ya que suelen ser vendidas, además de explotadas, y necesitan ayuda legal. Asimismo, las acogemos en nuestros centros (tenemos tres centros AFESIP: uno en Phnom Phenn, en el centro, donde están los más mayores, de 16, 17 ó 18 años; otro en una provincia visitada por muchos turistas, y otro centro para niños menores de 15 años, donde pueden encontrar hasta niños de 4 años) y nos hacemos cargo de su situación al 100%, incluso en el ámbito psicológico, puesto que, como ya comentaba, están completamente destruidas y además contraen enfermedades sexuales, por lo que hay que llevarlas al hospital. Entonces, cuando las recuperamos seguimos dándoles todo ese amor y cariño que no han conocido y les inculcamos que valen mucho, ya que cuando se pasa por trances como ése resulta muy difícil verlo. En definitiva, dejamos que descansen en nuestros centros de acogida y que las antiguas compañeras, las que ya llevan tiempo con nosotros, les expliquen que no pasa nada, que se puede salir de esa situación porque ellas también han pasado por esos problemas.

-¿En qué consiste la fórmula que ustedes utilizan para rehabilitar a estas niñas?

Disponemos de una formación profesional para ellas: costura, peluquería y restauración, por ejemplo. Con dicha educación, mi objetivo es reformar a todas esas chicas y trabajar con ellas para que tengan un oficio y para que algunas de ellas me sustituyan en un futuro. De esta manera, demuestro a la gente que les repudia y que desconoce su terrible problema que pueden hacer mucho, que esas chicas que han sido explotadas pueden llegar a mi situación actual. Y lo sé muy bien porque, a pesar de que conseguí el Premio Príncipe de Asturias hace unos años y nadie cree que lo hiciera, ni que pueda estar aquí hablándoles a ustedes, así ha sido; luego ¿qué mejor prueba para estas chicas que mi propia experiencia, que el poder ver a través de mí hasta dónde pueden llegar en la vida? Por eso considero necesario explicarles todo esto, ya digo, cuando llegan al centro, donde se quedan un tiempo proporcional al estado psicológico en el que ingresan (esto es, si están muy traumatizadas se quedan unos dos años; si no, sólo uno).

-Detecto en sus palabras que hay connivencia en las familias…

Tras esa formación profesional, intentamos reinsertarlas, para lo que investigamos a sus familias y tratamos de averiguar por qué las venden -si es que lo hacen-; si es que el padre viola a la niña y luego la vende, o si es la madre porque el padre lo quiere, etc. Desde luego, cuando las niñas han sido vendidas por su familia, nunca se las devolvemos, sino que tratamos de incorporarles a la sociedad. De hecho, dejamos que sean ellas las que elijan dónde quieren vivir, y con nuestra ayuda, la de otras asociaciones, la gubernamental y demás intentamos reinsertarlas. ¿Por qué? Porque AFESIP procura que sean niñas independientes tanto económica como psicológicamente hablando, ya que es muy duro salir del bache, puedo asegurárselo. Además, cuando consiguen todo esto, nuestra ONG también se encarga de realizar un seguimiento de sus vidas durante tres o cuatro años, y como algunas son huérfanas, seguimos ayudándoles cuando se ponen enfermas o cuando necesitan apoyo.

-Éste no es un problema exclusivo de Camboya; es algo más generalizado, ¿verdad?

Esta explotación infantil no sólo ocurre en Camboya, claro, sino también en otros países como Vietnam, lo decía al principio, de donde las niñas pasan a Camboya. La verdad es que allí se puede comprar cualquier cosa con un poco de dinero: si quiere usted comprar una chica, se la compra; si quiere usted comprar un pasaporte, se lo puede comprar… No obstante, también existe la explotación sexual en países tan dispares como Francia, Tailandia o Malasia. Incluso en América hay muchos niños que corren este peligro, puesto que en muchos sitios sucede que la economía está muy mal y que hay muchos problemas.

Somaly Mam abandonó el restaurante de forma educada: «Perdonen, estoy cansada y mañana he de levantarme temprano. Gracias», nos dijo en tono de disculpa. Y desapareció discretamente del reservado en dirección a las habitaciones de las plantas superiores del hotel y lo hizo dejando un halo mágico con sus palabras y el bagaje de su cruda experiencia.

Al diablo con Zarqawi

Leamos el último post de Baghdad Burning, escrito desde el infierno iraquí por nuestra joven bloguera el 10 de junio:

Así que finalmente Zarqawi está muerto. Esta fue la interesante noticia que nos saludó la mañana de ayer (¿o fue anteayer? He perdido la noción del tiempo…) No me preocupé con las fotografías de él que enseñaron porque, personalmente, he estado saturada de imágenes de cuerpos rotos, sangrantes.

Ha habido diferentes reacciones. Hay consenso general, entre familia y amigos, en que no se han equivocado, quienquiera que sea. También hay dudas sobre quién era realmente. ¿Acaso existió? ¿Era verdaderamente el gran terrorista que los norteamericanos le hicieron ser? ¿Cuándo murió realmente? La gente jura que fue muerto en el 2003… El momento es extremadamente sospechoso: justo cuando la gente estaba hartándose de verdad del inútil gobierno irakí, ¡Zarqawi es muerto y Maliki es ensalzado como el victorioso líder del mundo ocupado! (y no hay irakíes celebrándolo en las calles- las preocupaciones por la electricidad, agua, escuadrones de la muerte, exámenes, cadáveres y extremistas en posiciones de poder, prevalecen ahora mismo.

He estado escuchando las reacciones- principalmente de los políticos pro-guerra asombroso, y la ingenuidad que revelan es asombrosa. Maliki (el actual primer ministro irakí) estaba casi mareándose cuando hizo publica la noticia (se esforzó al máximo y se salvó). ¿De verdad se creen que con esto acabará la resistencia contra la ocupación?. Mientras haya tropas extranjeras en Irak, la resistencia o “insurgencia” continuará- ¿por qué es esto TAN difícil de entender? ¿Por qué es esta idea tan extraña? “Un Nuevo Día para l@s irakíes" es el actual lema del gobierno títere irakí y los norteamericanos. Igual que era “Un Nuevo Día para l@s irakíes” el 9 de abril del 2003. Y era “Un Nuevo Día para l@s irakíes" cuando mataron a Oday y Qusay. Otro “Nuevo Día para l@s irakíes" cuando atraparon a Saddam. Más “Nuevo Día” cuando hicieron el borrador de la constitución…Estoy empezando a pensar que es como una de esas preguntas que te hacen en un test de inteligencia: Si “Nuevo” es igual a “Más” y “Día” es igual a “Sufrimiento”, ¿qué quiere decir “Nuevo Día para l@s irakíes”?¿Cómo me siento? Al diablo con Zarqawi (o Zayrkawi como Bush le llama). Era una creación estadounidense –vino con ellos- y ya no lo necesitan, aparentemente. Su influencia fue grandemente exagerada, pero él era la justificación para cada familia que mataban con sus de tropas y agresiones militares. Primero fueron las Armas de Destrucción Masiva, luego Saddam, después Zarqawi. ¿Quién será ahora? ¿Quién será la nueva excusa para matar y arrestar irakíes? ¿O es que la excusa ya no es necesaria?. Tienen libertad para hacer lo que quieran. La matanza de Haditha hace unos meses fue la prueba. “Ya no lo necesitan más,” nuestro anciano vecino comentando la noticia como si estuviese espantando moscas, “tienen cincuenta Zarqawis en el gobierno”.

Entonces ahora que Zarqawi está muerto, y como, de acuerdo con Bush y nuestros títeres irakíes, él estaba detrás de muchos de los sufrimientos de Irak- las cosas irán mejor, ¿no? Los coches bomba disminuirán, se terminará la limpieza étnica, los asedios y ataques militares finalizarán… Esto es lo que nos habían prometido, ¿no es así? Esto me suena muy bien. Ahora, ¿a quién tienen que matar para parar a los escuadrones de la muerte del Ministerio del Interior y a las tropas extranjeras de gatillo fácil?

El día que eliminaron a Zarqawi

En Baghdad, por no funcionar no funcionan ya ni los ventiladores. Lo cuenta  Baghdad Burning en su último post, del día 6.

En Salhiya secuestran a gente. Como en los negros días de la América Latina dirigida por los de la bota acharolada. "Rezamos para que vuelvan vivos…" escribe nuestra comunicante.

¿Suníes o chiíes? Qué más da. Escolares inocentes que regresaban de un examen. Muertos. En Dora. ¿Son gentes de Zarqawi o del ministerio del Interior los responsables de la masacre? Da igual. Es la guerra.

Mientras tanto, el parlamento de Iraq proyecta vacaciones para julio y agosto. ¿Será por el estrés?

"La esperanza es algo que tiene plumas", cita nuestra bloguera desde el infierno a Emily Dickinson.

"Hoy, Zarqawi ha sido eliminado". El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, anunciaba así, en la televisión estatal, la muerte del líder de Al Qaeda en Iraq.

Suma y sigue. Y dice Bush: "Progresamos".