El veneno de ¿K?armona

 

Venenoso, muy venenoso vino Antonio Carmona al Auditorio de Murcia, el fin de semana que se fue. Para sentir cantando hay que nacer gitano. Y si encima procedes de la familia de los Habichuela, mejor que mejor. Desembarazado como está de la marca que le dio días de gloria durante dos décadas, Ketama, ahora aventura que siente “que estoy en una caída libre total, pero disfrutando de haber tenido la libertad de decir aquí me quedo, en este rincón, para hacer mi propio potaje musical”. Los garbanzos de ese guiso se maceran bien en un caldo que condimentan talentos como el de Alejando Sanz, Juanes o La Mala Rodríguez.

 

Vengo venenoso es la alegría de un trabajo; Lucía, lo dedica a su hija;  Hay veces cobra inspiración en la siempre triste separación de sus padres; 1, 2, 3, evoca su “volver a empezar”; Para que tú no llores (a dúo con Alejandro Sanz); y en Puerto Moruno aborda la difícil cuestión de la inmigración en nuestro país.

 

Carmona se escribe con c, ya no con k de Ketama. Nuevos tiempos los que suenan, en pocas palabras. 

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