Pérez Esquivel exculpa a Bergoglio

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El octogenario Adolfo Pérez Esquivel, alguien nada sospechoso para encubrir a cuantos colaboraron con la dictadura argentina, ha sido claro en unas declaraciones a la BBC, reconociendo que “hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no”. Cuando Pérez Esquivel obtuvo el premio Nobel de la Paz en 1980 lo aceptó “en nombre de los pueblos de América Latina, y de manera muy particular de mis hermanos los más pobres y pequeños, porque son ellos los más amados por Dios”. El activista pro derechos humanos explica que “a Bergoglio se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas”. Y añade: “Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la Junta Militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía”.

Hace tres años, Jorge Mario Bergoglio reconoció en su libro autobiográfico ‘El Jesuita’, luego de testificar en el juicio por el secuestro en 1976 de dos sacerdotes, Orlando Yorio y Francisco Jalics, que se reunió con el general Videla y con su segundo, el almirante Massera, y que lo hizo para clamar por la vida de ambos religiosos, quienes realizaban su labor pastoral en barrios marginales. «Hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba, para abogar por personas secuestradas», expresó entoncesTambién declararía en su día como testigo en la causa de Elena de la Cuadra, quien era hija de una de las fundadoras de las Abuelas de Plaza de Mayo y que desapareció cuando estaba embarazada. Fue la propia familia la que se comunicó por carta con el prelado para pedirle que intercediera por su vida. Y así mismo sería citado en Francia a raíz de una causa penal abierta por el secuestro y asesinato ocurrido a su vez en 1976, en la provincia argentina de La Rioja, del sacerdote Gabriel Longueville, un cura de origen francés. Pues bien, con todo ese historial en los tribunales, lo cierto es que la justicia jamás esgrimió cargo alguno contra el ahora Papa.

Pérez Esquivel ha recordado que fueron muchos los religiosos que en aquellos días de horror, entre los años 1976 y 1983, hicieron ‘silenciosas gestiones’ para liberar a infinidad de presos: “Hubo muchos sacerdotes y religiosas que fueron perseguidos, encarcelados y torturados. La persecución se daba en todos los sectores sociales. No sólo de religiosos sino también de laicos que participaban en las comunidades de base, en las parroquias, que también fueron secuestrados y desaparecidos, hasta el día de hoy”, ha manifestado a la BBC.

En un tremendo artículo que Pérez Esquivel publicó hace algunos años, exponía la terrible situación en la que se encontró tras ser detenido por la policía federal argentina durante la dictadura. Recordaba emocionado lo que para él significó sobrevivir a un ‘vuelo de la muerte’ desde la crueldad represiva que ejercían aquellos militares furibundos. El texto, que no tiene desperdicio, concluye con un canto a la esperanza: “No te olvides de sonreír a la vida, a pesar de todo, siempre sale el sol”. Yo creo a Pérez Esquivel cuando asegura tajante que «no hay ningún vínculo que relacione a Bergoglio con la dictadura». Lo hice antes, cuando algunos se atrevieron a cuestionarlo, y lo hago ahora.

El regreso de Víctor Erice

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Hace 40 años, Víctor Erice deslumbró con su primer largometraje, ‘El espíritu de la colmena’. Casi una década después lo hizo con ‘El Sur’, una película siempre para él inconclusa. Junto a los también cineastas Abbas Kiarostami y Jaime Rosales, ha participado en una mesa redonda en el IBAFF, el Festival Internacional de Cine de Murcia. Allí ha dicho que no tiene ninguna vocación elitista y que sus películas pueden entenderse por todo tipo de público, indicando que, para él, el cine es más que una profesión, una forma de destino.

[Murcia, 10 de la mañana del viernes, 8 de marzo de 2013.

-Víctor Erice, buenos días y bienvenido.
Gracias.
-Ya sé que la pregunta no es muy original pero, ¿cómo calificaría el momento actual del cine español?
-Pues muy difícil, como le ocurre a toda la cultura en general.
-¿Qué le parece el reparto de galardones en la última edición de los premios Goya?
-No puedo opinar mucho porque no he visto esas películas. He estado en Portugal, trabajando durante el último año en una película por lo que no he tenido ocasión de verlas.
-¿En qué trabaja en estos momentos?
-Bueno, estoy intentando que ese último trabajo que he hecho se pueda ver en este país.
-La cosa está complicada, ¿verdad?
-Extraordinariamente difícil.
-¿Tiene opinión sobre ‘Argo’, la ganadora del Oscar?
-Lo siento, tampoco la he visto.]

Ese último trabajo al que se refiere el director vasco es ‘Vidros Partidos’, un encargo de la Fundación Ciudad de Guimaraes, largometraje colectivo junto a Manoel de Oliveira, Pedro Costa y Aki Kaurismäki.

Víctor Erice ha dirigido en las últimas cuatro décadas tres largometrajes que forman parte ya de la historia del cine español: ‘El espíritu de la colmena’ (1973), ‘El Sur’ (1982) y ‘El sol del membrillo’ (1992).

El criminal no gana casi nunca

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Ronnie Biggs, aún vivo, y Bruce Reynolds, quien acaba de fallecer, fueron los cerebros de la banda que protagonizó el asalto al tren postal que viajaba de Glasgow a Londres, ocurrido en 1963. Por tanto, en agosto de este año se cumplirán 50 años de aquel magistral golpe, quizá uno de los más espectaculares de la historia y realizado sin disparar un solo tiro. El botín ascendió a 2.631.784 libras esterlinas, una cantidad estratosférica en aquella época.

Reynolds ha muerto mientras dormía, según ha contado su propio hijo. Tenía 81 años y una salud quebrada. Por aquel robo cumplió diez años de cárcel. Es curioso que la Policía hallase sus primeras pruebas, pocos días después de un asalto planificado al milímetro, de una forma un tanto peregrina: los ladrones estuvieron jugando al Monopoly en su escondite y allí quedaron impregnadas sus huellas dactilares. Y es que, como a menudo suele ocurrir, al final, el criminal nunca gana. O casi nunca, más bien.