¿Contrataría usted a esta limpiadora?

 

Para Naomi Campbell la jornada comenzó este lunes fregando, entre otras cosas, los suelos y ventanas de un edificio público de Nueva York, un trabajo con el que cumplirá la condena que le impuso un tribunal de la ciudad de los rascacielos. ¿El motivo? Golpear a una de sus empleadas domésticas con un teléfono móvil porque no le encontraba unos pantalones vaqueros. ¡Qué tragedia, Dios mío!

Serán cinco días de servicios a la comunidad en los que se supone que tendrá que limpiar un edificio adscrito al departamento de Sanidad, de lunes a viernes, al sureste de Manhattan. Al local llegó calzada con botas de tacón de aguja, prenda que a buen seguro tendría que abandonar para dedicarse de lleno a su eventual cometido.

La modelo británica se había declarado culpable el pasado mes de enero ante un juez neoyorquino del delito de agresión. Campbell admitió ante el juez que había lanzado el citado teléfono a Ana Scolavino durante una disputa en su apartamento de Manhattan y que el aparato golpeó a la ex empleada aunque, especificó, no tenía intención de lastimarla.

La causa de la airada reacción fue que la asistente no podía hallar de inmediato unos pantalones vaqueros que ella le pedía con insistencia.

En noviembre pasado se conoció que la súper modelo negociaba un acuerdo con la fiscalía para aceptar su culpabilidad por un delito menor y evitar así el juicio y una posible condena que podía haber llegado hasta los siete años de cárcel.

Junto a la declaración de culpabilidad, la modelo aceptó entonces abonar gastos médicos por un total de 363 dólares a la ex empleada, cumplir con los servicios comunitarios durante cinco días y asistir a unas sesiones de terapia para controlar su temperamento.

No es la primera vez que a la caprichosa y mimada Campbell la acusan de maltratar o atacar a empleados. Uno de origen rumano la denunció el pasado año por presuntas burlas e insultos a causa de su pobre dominio del inglés. ¡Qué tragedia, Dios mío!  

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